Cada día, millones de personas en todo el mundo son víctimas silenciosas de conflictos y enfermedades olvidadas. Sufren y mueren fuera de foco, al margen de los titulares y de las agendas políticas. MSF acaba de publicar el informe ‘Las 10 crisis más desatendidas de 2009’, para que al menos una vez al año sus vidas sean tenidas en cuenta. Sólo la malaria, el sida infantil, la tuberculosis, la enfermedad del sueño, el Chagas y el kala azar matan cada día a 8.000 personas: son enfermedades que, al no afectar al mundo desarrollado, no son negocio ni sus pacientes un mercado rentable, de forma que la investigación y desarrollo de nuevos tratamientos y métodos de diagnóstico no recibe el apoyo público-privado necesario. En otros casos, los esfuerzos financieros flaquean tras haber conseguido algunos buenos resultados, como está ocurriendo con la congelación de
fondos para la lucha contra el sida. A su vez, la desnutrición infantil, que afecta a 20 millones de niños en el mundo, fue otra de las emergencias en las que la comunidad internacional siguió obviando sus responsabilidades y aplicando soluciones que no funcionan. MSF comenzó a publicar este informe en 1998, después de que la devastadora hambruna en Sur Sudán pasara desapercibida para los medios de comunicación.
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